La campaña de Halloween es una de las más queridas por el equipo Julietta, de hecho, cada año tratamos de hacer una campaña especial y llena de sorpresas para vosotras. Después de darle muchas vueltas, este año hemos optado por un Halloween ambientado en el Día de Muertos mexicano, por el que sentimos muchísimo respeto y admiración.

Cuando nos referimos al Día de Muertos la primera imagen que nos viene a todas es evidente: Las Catrinas. Cada año vemos disfraces, artesanías, decoración e incluso merchandising de las catrinas, pero lo cierto es que pocas personas conocen el origen y significado de este símbolo de la cultura mexicana. 

La primera vez que se vio una Catrina fue a principios del siglo XX, en una ilustración titulada La Calavera Garbancera, creada por el pintor e ilustrador mexicano José Guadalupe Posada. Este personaje se creó con el objetivo de hacer una crítica social y es que, garbancero o garbancera eran las personas de clase media y privilegiada que negaban tener raíces nativas y pretendían ser y parecer europeos. Por este motivo, Posada dibujó una calavera con un sombrero grande y ostentoso, como crítica a todos aquellos que querían aparentar ser más de lo que eran en realidad.

Posteriormente, el muralista Diego Rivera (pareja de Frida Kahlo) dibujó en su obra Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central una Calavera Garbancera de cuerpo entero vestida con un elegante vestido y con la Quetzalcóatl (Serpiente emplumada, una de las diosas más importantes de la cultura mesoamericana). Fue entonces cuando se convirtió en un símbolo representativo del país y se la empezó a llamar Catrina.

Como hemos dicho muchas veces, para nosotras Julietta es mucho más que una tienda de ropa, es una comunidad donde no hay nadie que valga más que nadie. Es un espacio de amigas. Para nosotras es muy importante que todas nos sintamos integradas en este proyecto sin importar los cánones y las etiquetas, todas somos iguales. Es por esto que nos encanta el significado de La Catrina y creemos que conectamos mucho con ella. Como dijo Posada en su artículo, “La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.